jueves, 16 de mayo de 2013

Sigo aprendiendo - Entrada del 13 de abril del 2013


Moi, mitä kuuluu?

Aquí me hallo de nuevo, dispuesta a haceros un resumen de estos días, aprovechando que hoy es el último día de la semana que trabajo y tengo un rato libre ahora en el centro joven.

La verdad es que esta semana ha sido bastante tranquila. Hasta he tenido un día libre extra, porque el compañero con el que iba a estar se puso enfermo y no pudo venir a trabajar. El lunes hice jornada de mañana en Monari y estuve con Dani planificando algunas actividades que vamos a hacer para la Semana de la Juventud, que es a finales de mayo. El martes estuve en Verkko y en Voisalmi, que ese día trabajé como doce horas, así que tengo horas extras acumuladas que me van a venir genial para verano. El miércoles estuve en los mismos sitios, pero haciendo mis horas normales. El jueves lo tuve libre y el viernes estuve por la tarde en Monari.

La verdad es que los días que mejor estoy es cuando voy a Voisalmi o cuando estoy en Monari, porque es donde más cosas se pueden hacer con los chavales. El miércoles, por ejemplo, estuve haciendo pizza con los niños en Voisalmi y luego, además, pude llevarme un trozo que me vino muy bien para no tener que hacerme la cena. Y el viernes, que fue cuando mejor me lo pasé, había una discoteca para gente con discapacidad en Monari. Me encantó esta experiencia porque fue genial ver lo naturales que son: no les importa su "estatus" o la imagen que dan a los demás, son ellos mismos y punto.

Aunque suene cursi y aunque suene a típica payasada de película yankee, la verdad es que creo que mucha gente debería aprender de ellos. Y especialmente en un país como Finlandia, en el que la inmensa mayoría de la gente es tan sumamente tímida. Me pareció divertido, entrañable y sorprendente darme cuenta de que para ellos sí que no hay diferencia entre países. Que entre ellos no había nadie excluido. Que habían venido totalmente dispuestos a divertirse y lo estaban haciendo, sin importarles cómo los viese el resto. Es más, no creo que fuese algo que siquiera se planteasen. Y eso es algo que me hizo pensar sobre las chicas y chicos que suelen venir a Monari: entre ellos el "estatus", la apariencia, importa. Como entre todos los jóvenes, prácticamente. Y, si a eso le unes lo retraídos que son, las consecuencias no son precisamente positivas.

Día a día los veo y no puedo evitar preguntarme a menudo si serán felices comportándose de esa manera. No es gente que esté a la defensiva, por suerte; pero creo que es incluso peor en cierto modo: es gente que muchas veces ni siquiera reacciona por no sentirse ridículo. Tengo la impresión de que viven bloqueados por esa insana costumbre de no mostrar sus sentimientos y, en fin, a veces me entristece. Pero aquí estoy para enseñarles. O al menos para intentarlo. Y por intentarlo que no quede.

Poco a poco voy consiguiendo tener mejor relación con ellos y ahí es donde veo la puerta abierta para influirles positivamente en su comportamiento. Y quizá una de las vías sea mostrarles que no pasa nada por ser natural, que da igual lo que los demás piensen y que se vive más feliz cuando la opinión de los otros no se tiene en cuenta constantemente.

¡Saludos y gracias por leerme!

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